Todos sabemos que el niño que ha perdido su primer diente de leche, lejos de asustarse o acudir al odontopediatra, deja el dientecito bajo la almohada o en la mesita de noche. Sobra decir que si se ha desprendido el diente por accidente, debes acudir a nuestro especialista de INARI. El Ratoncito Pérez existe y hasta tiene una casa en la calle Arenal de Madrid, en el número 8, donde incluso hay una placa que reza así:
Mediante esta fantasía, el menor mitigará su temor frente a un acto natural (la pérdida de la dentición primaria), y por unas horas abrazará la imaginación. Creerá que hay seres mágicos que se preocupan por su salud bucodental, además de esos tipos que llaman dentistas y que, si somos francos, habremos de admitir que carecen del carisma del ratón. A la mañana siguiente, se sorprenderá al encontrar un pequeño regalo en el lugar donde había dejado el incisivo. Es necesario explicar este mito con mucho cuidado al niño, no vaya a creer que se trata de un ratón o de una hada maligna que le arranca los dientes por diversión, y que el proceso de la pérdida de dentición primaria no es natural. Como en todos los mitos, el ratón debe ser un medio para explicar una realidad natural compleja. Con la historia del Ratón Pérez tendremos la oportunidad de comenzar a explicarle la importancia de un correcto cuidado de la boca (al final de esta entrada explicaremos cómo podemos aprovechar el cuento). En nuestra tradición este ser cambiaba la pieza por una moneda, un regalito, nunca deben ser dulces, ya que el objetivo es proteger la salud bucodental del niño.
ORÍGENES DEL MITO DEL RATONCITO PÉREZ
El mito de esta historia se remonta a un folclore tan universal como antiguo. Tenemos figuras parecidas en casi todos los continentes. En Bulgaria lo llaman la Hada de los Dientes. En Irlanda es un duende. En Italia se le conoce por Topolino, un ratón con botas y mochila. Los franceses lo bautizaron como La petite souris (Ratoncito). En México y Perú, es El Ratón de los Dientes. En Alemania, el Tooth Fairy. Entre los vascos lo conocen por Maritxu teilatukoa, “Mari la del tejado”. Desde Escandinavia a China, pasando por Madagascar o Haití (donde es un ser maligno), millones de niños han soñado con esta figura.
Si bien algunos escondemos el diente de leche bajo la almohada, en otros rituales se opera de un modo distinto. En Japón, por ejemplo, se lanza al aire la pieza, con la idea de que los dientes definitivos crezcan derechos. En el Cercano Oriente, lo tiran hacia el sol. Era costumbre también enviarle una carta, muy parecida a la de los escritos de los Reyes Magos o Papá Noel actuales. De este modo, se avisaba al ratón o ángel que podía ir a recoger el regalo que el niño le ofrecía para el trueque. El mito, en el formato tal como lo conocemos hoy, está muy relacionado con la literatura. Los estudiosos que han rastreado esta figura llegan hasta la Francia del siglo XVII y a una mujer, la baronesa D’Aulnoy, quien escribió el cuento La Bonne Petit Souris. Allí ya aparece una hada disfrazada de ratón, y algunos de los elementos que después podría haber tomado Luis Coloma, escritor y periodista jerezano, y miembro de la Real Academia, en el momento de escribir la obra fundamental de esta leyenda: Ratón Pérez, cuento infantil.
Dicho cuento fue escrito en 1894, cuando el rey niño Alfonso XIII perdió su primer diente de leche, cosa que le ocasionó un gran trauma. Los consejeros reales, abrumados, decidieron encargar a un escritor famoso un cuento que le aminorase la pena y que le ayudara a integrar el suceso. El relato ya contenía los elementos actuales: un ratón mágico, un niño apesadumbrado, un diente bajo la almohada, un regalo… Se editó en 1902 y fue un éxito. De este modo se popularizó. Hoy ha evolucionado tanto que hasta existen certificados que pueden imprimirse en Internet para celebrar junto al niño la necesaria pérdida de la primera pieza de leche.
EL RATONCITO PÉREZ YA ESTÁ EN INARI
Los más pequeños disfrutan en nuestro centro buscando la puerta de nuestro ratoncito. Cuando la encuentran, llaman a la puerta y esperan a que les abra el Sr. Pérez. Sin embargo, la mayoría de las veces está muy ocupado y no suele salir, así que les sugerimos que dejen su diente en la puerta que ya lo recogerá el Ratoncito Pérez cuando pueda. Busca su puerta en nuestra clínica y deposita tu diente, no te vayas a quedar sin la moneda.
Los 7 puntos que INARI te recomienda para aprovechar el cuento del Ratoncito Pérez para los niños
- Todos los cuentos son un ejercicio de desarrollo de la empatía, hacen que el niño pueda ponerse en el lugar de otro, explorar la realidad que le afecta desde otra perspectiva.
- Sirven para asimilar conceptos que pueden ser complejos a su edad. Los niños necesitan lecturas y cuentos para poder desarrollar habilidades psico-sociales básicas, y así enriquecerse y poder enfrentarse al mundo con mejores herramientas.
- Los cuentos son una herramienta didáctica muy poderosa revalorizada entre los educadores y psicólogos. Enseñan la gestión de las emociones, transmiten conocimientos valiosos, y estimulan la imaginación y el aprendizaje. Un niño con cuentos sin duda será mejor persona que si no los tuviera.
- La salud bucodental es importante desde el mismo nacimiento. Una buena educación por parte de los padres – que debe ser transmitida con el ejemplo- conseguirá que el menor tenga una vida más sana y un mayor bienestar.
- Los dentistas no nos cansamos de repetir que la prevención y la higiene son básicos. El cuento del Ratoncito Pérez es un mito apropiado para empezar a inculcar la cultura bucodental.
- Servirá a su vez para explicar qué son los dientes de leche, y el proceso que están viviendo en ese momento. También es un espacio narrativo idóneo para que comprendan la importancia del cepillado, qué es la pasta de dientes, el flúor, ciertas consideraciones sobre la dieta, los hábitos necesarios, y para asomar la figura del dentista, doctor que tendrán que visitar justo al cumplir un año para asegurarnos de que todo va correctamente.
- El Ratón Pérez, el ratoncito de verdad, existe solo para este fin. No desaproveches semejante oportunidad de transmitir una educación en hábitos de vida saludables a tu hijo. Tener cuidado de la boca y dientes desde muy pequeños es una herramienta óptima para que en el día de mañana se eviten muchas- y molestas- visitas al odontólogo. Prevenir antes que curar. Y si un ratoncito mágico puede explicárselo a muy corta edad, lo hará mejor que un dentista.
Por eso desde INARI queremos siempre aconsejarte lo mejor para tus niños, invitándote a vivir la experiencia INARI. Nos puedes llamar a nuestra clínica dental en Alcorcón, donde estaremos encantados de atenderte y resolver cualquier duda que te pueda surgir. Nos puedes contactar a través de teléfono o whatsapp al 679 242 809 o a través de nuestra página web, donde puedes conocernos un poco más: www.inaridental.es
O si lo prefieres, llama a la puerta de nuestro Ratoncito Pérez para solicitar una cita con nosotros.
Dra. Gemma Rubio
Directora y Fundadora de Inari Estudio Dental